
Se fue Hebe. Un símbolo, un estandarte, una polémica. Un símbolo porque, siempre lo comentamos, era la persona indicada para estar allí para tomar protagonismo, para visibilizar aquello que estaba pasando con nuestros compañeros, sus hijos y nietos desaparecidos por intentar hacer de éste un país mejor. Un estandarte de aquellos imprescindibles, como nos cuenta Mariano Fernández, del Nodo Calamuchita por los Derechos Humanos y del Bosque de la Memoria de Villa Ciudad Parque, que sin tapujos y sin pelos en la lengua dijo siempre lo que pensaba. Una polémica, porque no siempre estuvimos de acuerdo con ella, porque las personas no se vuelven mejores a la hora de la muerte, sino que se dimensionan aún más al pasar los años. Fueron varias las veces que no coincidimos con ella a nivel personal. Fueron varias las polémicas que tuvimos desde los fueros internos de los organismos de Derechos Humanos para con algunas decisiones personales de Hebe, que a veces llevaron más a la ruptura que al consenso. No nos acordamos sólo de sus errores, todos y todas somos personas imperfectas al fin y al cabo. El lado más irracional de la raza humana nos alcanza a todos y Hebe no fue una excepción. Sin embargo, allí estuvo ella, todos estos años, como TODAS las Madres y Abuelas, para obligarnos a no olvidar, a no claudicar, a no bajar los brazos por la lucha y la defensa de los Derechos Humanos, que siempre, siempre, deben estar por encima de las individualidades, diferentes proyectos políticos y visiones de la vida. Adiós es una palabra que no le hubiera gustado, así que le decimos hasta siempre. Un sueño es sólo eso hasta que los que se deciden recorren el camino para hacerlo realidad, y eso hicieron nuestros hermanos. Ella, como dijo alguna vez y repitió muchas, era una de esas Madres “que fueron paridas por sus hijos”, para que el camino de la Memoria, la Verdad y la Justicia se convirtiera en un camino sin retorno. Hoy te fuiste, justo hoy, el día de la Soberanía Nacional, pero también el día que desde la Escuela Popular de Arte (EPA) de Villa Ciudad Parque se termina de soldar, con metales donados por todo el pueblo, un pañuelo. Ese pañuelo que desde hace tiempo es el símbolo en todo el mundo de una lucha por la dignidad. Hasta la próxima lucha, Hebe, nos vemos en cada plaza, en cada ronda, en cada Marcha de la Resistencia…
Etel Capdevila
Marcelo Walter
La justicia somos los vecinos