La motosierra que prometía ir contra los privilegios de la casta no para de destruir empleos y recortar derechos a los laburantes. Esta semana se anunció el cierre del programa Puntos de Cultura y el despido de trabajadoras de las Oficinas de Anses en Calamuchita
Setenta mil despidos en el sector público fue el objetivo anunciado por el vocero del gobierno, con su mejor cara de Adorni y un insólito regocijo a la hora de comunicar la decisión. Lejos en el tiempo quedó aquella idea de que: “Gobernar es crear trabajo”. Ahora la máxima podría expresarse: “Gobernar es despedir, ajustar, licuar y entregar territorio nacional a potencias extranjeras”. ¿Suena exagerado? Es que en estos tiempos la exageración es un vicio de la realidad. ¿O acaso no resulta desopilante que el FMI nos pida un poco más de mesura en el ajuste al pueblo argentino? ¿O que nuestro presidente anuncie una base militar extranjera (a cambio de nada) cantando el himno norteamericano desde suelo patagónico? Los límites de lo posible se corrieron tanto que todo parece sobreactuado y escribir unas líneas descriptivas sobre actualidad nacional se asemeja a un ejercicio de literatura distópica.
Un poco de contexto
A las puertas del otoño y con los primeros fríos de la temporada asomando desde el sur, el gobierno de Javier Milei anunció aumentos en el gas que se calculan entre el 300% y el 500%, según la categoría de usuario. El consumo en los meses fríos elevan las tarifas del valor promedio anual, por lo que en los meses de mayo, junio, julio y agosto las variaciones en el precio pueden llegar a diez veces lo que se pagó en los meses cálidos. Marzo se despide con un índice de precios al consumidor (IPC) interanual estimado en un 288,3 % mayor al de 2023. El panorama se vuelve más preocupante si tenemos en cuenta que las tarifas se actualizarán mensualmente en base a la inflación (y a los cambios de ritmos en la devaluación), mediante indexación automática. Está claro que los salarios no gozan del mismo beneficio. Además, la discusión salarial se complejiza para los trabajadores si los índices de desocupación van en aumento, tanto en el sector privado, sea formal o informal (por recesión económica) como en el sector público (por decisión y coerción).
Los despidos como otra forma del marketing político
En este panorama es que se anuncian diariamente como logros las desvinculaciones, rescisiones de contratos y el desmantelamiento completo de organismos del estado. Fue así que esta semana nos enteramos del despido de todo el personal del programa Puntos de Cultura que llevaba 13 años de trabajo junto a organizaciones comunitarias de todo el territorio nacional. Nuestra Radio Comunitaria forma parte de la red de Puntos de Cultura, y Semilla del Sur fue una de las organizaciones fundadoras de este entramado. Con las políticas de Puntos de Cultura nuestro pueblo organizó “La fiesta del Mate”, armamos ciclos de cine comunitario, realizamos series documentales premiadas en distintos festivales de cine que cuentan historias de nuestros pueblos (como “Laten: historias de soberanía alimentaria en Calamuchita”) e hicimos las series podcast “Cuando decimos” y “La historia estaba alrededor”, Nos capacitamos en gestión, en fotografía periodística, en administración de redes sociales, en narrativas sonoras y conocimos experiencias de otras organizaciones hermanas que trabajan en diferentes puntos del país.
9° Convocatoria del programa Puntos de Cultura
En pocas palabras, Puntos de Cultura representó la voluntad del Estado Nacional de trabajar con los sectores comunitarios organizados y potenciarlos con redes, capacitaciones y recursos materiales. Hoy esa voluntad toma un rumbo opuesto y decide destruir lo que llevó más de una década construir, un organismo que había sobrevivido, aún en el gobierno macrista. La misma suerte corrió el ENACOM que se ocupaba de promover con fomentos concursables a medios comunitarios, para mejorar sus posibilidades de producción de contenidos y acompañar los procesos de cientos de radios comunitarias de nuestro país.
La cosa ni por asomo termina ahí, la otra nueva noticia que nos toca muy de cerca en Calamuchita es el despido de personal en las oficinas de ANSES. Esta semana se desvinculó a 2 de las 3 personas que desempeñaban tareas allí; entendemos que esto es la antesala para un cierre total de la oficina regional y un retroceso a los tiempos en que los trámites debíamos hacerlos viajando a Alta Gracia o mediante operativos especiales en las localidades. Esta segunda opción suena muy improbable que se replique si tenemos en cuenta las medidas que viene tomando el gobierno nacional en materia de protección y servicios sociales.
Desde nuestro medio nos comunicamos con Gabi Eandi, una de las trabajadoras desvinculadas de la oficina, para que nos cuente de primera mano cómo fueron las cosas estos últimos días en la ANSES.
Audio de Gabriela Eandi
Este artículo no pretende agotar un tema que apenas está mostrando sus primeras consecuencias en la comunidad, pero sí quiere dejar testimonio y sintetizar, al menos un poco, el drama social en el que nos están hundiendo.
Nuestra sincera solidaridad a todas las trabajadoras y trabajadores despedidos. Sabemos que sus desvinculaciones no representan sólo problemas personales, sino un recorte a los servicios sociales que ofrecían desde sus puestos de trabajo. Será tarea de todos constatar si el mercado, efectivamente brinda respuestas a los problemas y necesidades que se abren en los altares de este nuevo paradigma de sociedad. También será necesario, al menos por sentido de autopreservación, juntar fuerzas y organizarnos para ponerle frenos a este experimento autodestructivo de anarco-capitalismo colonial.