La pantalla de una de las computadoras del estudio de FM El Brote marca las 9:58 y el operador ya tiene preparados en papel los veinticinco primeros temas de los oyentes. El conductor es Abel Fuentes y los ha levantado pacientemente durante la semana con la meticulosidad que sólo conocen los que se dedican al oficio de la construcción. Marcelo Walter es el encargado de la musicalización y puesta en el aire, el que «maneja muy bien la botonera» al decir del mismo Abel, y este contrapunto de humor y calidez lo mantendrán a lo largo de las tres horas de duración del programa. Ya no lo dudes, oyente, estamos hablando de «Domingos del Recuerdo», la cita obligada donde la modorra dominguera se va desperezando de a poco.
Con soltura se planta ante el micrófono este pampeano de origen e hijo de tamberos, quien supo criar caballos de polo mientras le pega una barridita al estudio y se entusiasma con el festejo de la emisión doscientas del programa donde promete sortearà un pollo de campo y una caja con productos navideñas. (*1)
«La audiencia es quien arma el programa», asegura Abel en el primer intervalo, aunque en los comienzos haya sido difícil: «me costó un montón meter el folclore acá, pero siempre la luché», rememora, mientras de fondo suena «movete chiquita, movete, sacate esa timidez» y ya toma las riendas de la entrevista, «a esta radio le falta un poco más de música. Si yo fuera el dueño (SIC) pongo algo más de cumbia y de cuarteto, mando alguien que sintonice desde el río y despuès decime vos si no levanta». Los temas se suceden con la misma serenidad que transmite la dupla en sus breves contrapuntos. Prometen una «caja findeañera» para sortear mientras se cuela la tercera pata del programa: la polifacética Julieta, quien se las arregla no sólo para conseguir oyentes sino para producir mensajes que sumen humor a la mañana.
«Ladra el Abel», sugiere Julieta refirièndose a la veta artística del conductor, con una extenso galope radial, como lo atestiguan sus andanzas desde la década del ´90 en *FM Cristal*, en el pampeano municipio de Intendente Alvear de la cual fue dueño y actualmente participa y retransmite su programa por *FM La Familia* en la misma provincia y manejada por su hermano Hugo. «He pasado por muchos festivales, conocí y entrevisté a Soledad, el chaqueño Palavecino y Aldo Monje», se enorgullece Abel y los recuerdos empiezan a desbordar las paredes de barro del estudio recientemente pintado con voluntad artesanal.
«Si seguía con los caballos hubiera trabajado hasta con los Heguy (2), pero al final pesó más mi vieja que el polo» y así fue su comienzo en el gremio de la construcción en paralelo al mundo radial, trabajo que como se sabe por su dureza acostumbra dejar secuelas físicas. «Se toma hasta el agua de los floreros», advierte una vez más Julieta en ese tono de humor que flotará a lo largo y ancho del programa. Mientras se suceden las salutaciones y confidencias de fin de año, algunas de las cuales no serán transcriptas por pudor de este cronista. «Canté en milongas de Villa General Belgrano y Villa Alpina», al Abel le gustan las milongas de aire tristón como Perro lobo, la cual adjuntamos su link para quien guste acompañar el final de esta crónica:

Las tres horas se pasan como un suspiro caliente del viento norte. Sobre el final, la audiencia redobla la apuesta y pide más temas. «¿Entrarán todos?», se pregunta este cronista, «Entran todos y los que no, pasan al próxima prógrama», pero como el tiempo es un bicho que camina y que a veces se repliega sobre sí mismo entran todos nomás. El equipo de «Domingos…» respira aliviado. Abel agradece la visita y le pega una última barrida al estudio. La radio comunitaria cobra sentido una vez más en su función de bisagra social y nos recuerda que la alegría y la hospitalidad son anteriores a cualquier Estado. Salud y larga vida en estos tiempos de enfermedades con nombres raros, Domingos del Recuerdo, seguiremos pidiéndote música.

(1) Promesa que efectivamente fue cumplida porque este cronista obtuvo uno de los premios. Las denuncias sobre fraude se explicarán en otra futura nota.
(*2) Se trata de una de las familias más famosas emparentadas con este deporte que, como pocos, supo marcar los gustos de las clases acomodadas de este país.

Silvio Florio

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