En el juzgado de Villa Dolores se está realizando el primer juicio caratulado como “transodio” en Traslasierra, que comenzó el lunes 13 y continuará hasta el 23 de marzo.

Maxim Tabari es una mujer trans de Villa Sarmiento, pueblo que está en la periferia de Villa Dolores, y hace 10 años sufrió la agresión de Matías Farías y otro agresor menor de edad, que le dejó secuelas graves e irreversibles, que requieren medicación hasta el día de hoy.

Luego de 10 años, y de una justicia que encajonó la denuncia, el lunes 13 comenzó el juicio por este ataque, y esperamos que no lo dilaten para que la causa no caduque por antigüedad.

El año pasado, Maxim volvió a denunciar que había sido atacada por otro agresor y la dejaron presa por 5 días. Sí, solo por denunciar. Tras un recurso de amparo colectivo presentado por el abogado German Marcon, Maxim quedó en libertad.

Hay varias irregularidades en este juicio como el expediente de Maxim que “estaba en blanco y después decía que se le habían provocado lesiones leves”, según cuenta Ruth Guzman, integrante de Casa Diversa, en el programa de los Martes Transfeministas de Komando Demolición (de Radio Comunitaria El Brote). No figuraban en el expediente las fotos que se hicieron con la primera denuncia.

La audiencia inicial estaba prevista para las 9 de la mañana del lunes. Sin embargo, el abogado defensor de Farías no llegó hasta pasadas las 10 de la mañana. Una vez ahí hubo una larga audiencia donde se intentó re caratular la causa y se denegó el acceso a las organizaciones a presenciar el juicio, aun siendo éste de instancia pública.

El martes 14 declaró Maxim Tabari, que fue golpeada ferozmente mientras dormía en su casa, en Villa Sarmiento. Es la primera vez que la escuchan en la justicia, después de 10 años.

La Cámara en lo Criminal y Correccional del Poder Judicial de Villa Dolores caratuló el juicio como «Farias Matias Enrique y otro, por Homicidio calificado por alevosía con la intervención de un menor de 18 años en grado de tentativa», cambiando la carátula para invisibilizar el crimen de odio por ser mujer trans.  La tentativa de homicidio fue ejercida contra Maxim, quien tenía 19 años en ese momento. También la fiscal Eugenia Ferreyra pidió la nulidad del caso el lunes, perpetuando la injusticia que vive Maxim.

En la segunda jornada del juicio, que debía continuar hasta las 17 horas, a las 14.30 se dio por terminada la audiencia con la víctima fuera de la sala, que hasta para trasladarse al baño fue acompañada por personal policial en un acto revictimizante para quien está exigiendo justicia. 

Activistas de la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos de Traslasierra quisieron ingresar al edificio de tribunales para acompañar (desde afuera de la sala de audiencia) el Juicio y se les prohibió el ingreso. “La falta de respeto hacia organizaciones de DDHH y diversidades del Juez Carlos Escudero que preside el tribunal no la habíamos constatado nunca”, expresaron a través de sus redes.

En el último comunicado dado por Casa Diversa que da cuenta de esta segunda jornada del juicio, comparten una serie de interrogantes que siguen sin respuesta: el expediente cuenta una cosa, la víctima otra. ¿Por qué esa diferencia de contenido? Porque, como dice Maxim,un día firmó lo que dijeron que ella decía, después de haber roto la hoja en dos oportunidades. Así las cosas -cómo esgrimió el abogado de la defensa- «es su firma». 

¿Dudamos de que lo sea? No

Para prueba, lo que aconteció ayer y hoy: quienes acompañamos a Maxim no podemos escuchar lo que se dice en una audiencia, ni siquiera entrar al edificio judicial, con policía que cumple esa orden del juez que preside el tribunal que juzga a Farías. ¿O a Maxim?

¿Cuál es la explicación de convertir una causa pública en privada?

Fuentes cercanas a la causa expresaron a La Marea Noticias el descontento por una instrucción que enmienda errores en el juicio y una fiscal que jamás acompañó. 

Las organizaciones que acompañan a Maxim son La Mesa de DDHH de Traslasierra y La Casa Diversa de Traslasierra.

Este juicio no se trata solo de un caso de violencia, se trata de la violencia a la que nos enfrentamos las personas travestis y trans en nuestros cotidianos por ejercer nuestro derecho a nuestra propia identidad. Por eso exigimos que se reconozca como juicio por trans odio.

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