El ahora ex jefe comunal de Villa Cerro Azul estará contento como sólo saben estarlo aquellos a los que no les da la cabeza para construir y sólo pueden tener sus cinco minutos de fama siendo detestados y detestables. Fue en el noroeste de la provincia. Más precisamente en el departamento Colón del Valle de Punilla de esta bendita y castigada Córdoba. Moris diría que “todo empezó con el chiste que decía”, pero no sería tan cierto (ni el comienzo ni el chiste). Andrés Oscar Data (que de él se trata) ya viene acumulando denuncias desde hace nueve años, entre otras cosas por impedir las Asambleas Extraordinarias y tiene denuncias al respecto en los juzgados. Su pareja de vida y de militancia, Rocío Pérez, a la sazón secretaria de la misma comuna, tampoco se queda atrás.
Volvamos con Moris: cuando se generó en Entre Ríos la situación de los Etchevere y la intención de una de las integrantes de la familia, Dolores, participa del Proyecto Artigas que cedía los campos para producción agroecológica y sumándose esta situación a lo acontecido en Guernica, 37 kilómetros al sur de la Ciudad de Buenos Aires, donde la toma pacífica de otros pobres sin vivienda reavivó un conflicto que parece no tener solución, a ambos militantes de la moral y las buenas costumbres de nuestra provincia mediterránea les pateó las canillas el enano fascista que llevaban dentro y no muy oculto. Publicaron en las redes sociales un cartel con las palabras “propiedad privada”… y la cara de Videla debajo. No contentos con eso, la expresión “yo tengo un campito para que vengan a ocupar…” con la mismísima foto de… Adolf Hitler. Sí, aunque parezca mentira. Negacionismo no, directamente apología del delito de dos jóvenes que no sufrieron ni la dictadura militar más sangrienta de la Argentina (si lo hicieron, eran muy chicos) y mucho menos el holocausto nazi. ¿De dónde viene tanto odio? Difícil de explicar. Más fácil es saber dónde nos lleva. Hay grietas en el camino que preceden las actuales y son sin dudas más fundacionales.
Con resolución del 13 de noviembre, la Comisión Comunal de Villa Cerro Azul decide suspender por lo que resta de su mandato a Oscar Data y de cualquier otro cargo, sin goce de sueldo. Nada se dice de su secretaria, que parece irá por el mismo camino. Aquellos que no gobiernan para todos sino más bien para su clase están advertidos: la fiesta terminó. Para que no se repita, sólo queda mencionar aquella vieja frase: “sepa el pueblo votar….”.
Marcelo Walter
