Otra muerte mapuche para revalidar los derechos sobre la tierra por parte del “Huinca”

Los hechos que se desarrollaron en la comunidad Mapuche Quemquentrew no son aislados. En 2017 se arremetió contra el Pu Lof en Resistencia Cushamen para apresar a Facundo Jones Huala, la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado y el asesinato por la espalda de Rafael Nahuel son apenas dolorosos botones de muestra que nos impulsan a creer que todo sigue igual en la prosecución de un objetivo común: forjar un relato en el cual los “violentos” son los mapuches. Después de recorrer una y otra vez las tapas de Clarín que nos cuentan de esa “violencia mapuche” para instalar una vez más la idea de la necesidad de eliminar de raíz a los pueblos originarios, el paso siguiente no se hizo esperar: El asesinato otra vez, el ataque otra vez, la impunidad otra vez de los grandes terratenientes que hacen valer los favores conseguidos para arrasar con todo para repetir el relato y, una vez más, demonizar a las comunidades que sólo quieren vivir en paz y a la luz de la Ley 26.160, una ley de emergencia que fue sancionada a fines de 2006 para el relevamiento territorial de comunidades indígenas. Tenía un plazo de vigencia de 4 años, a efectos de dar respuesta a la situación de emergencia territorial de las Comunidades Indígenas del país, en consonancia con el Artículo 75, Inciso 17, de la Constitución Nacional y dando cumplimiento parcial al Artículo 14 inc. 2 del Convenio 169 de la OIT. La misma fue prorrogada en tres oportunidades: en el año 2009 mediante la Ley 26.554; en el 2013 a través de la Ley 26.894, y en el 2017 mediante la Ley 27.400, por la cual se extiende su vigencia hasta noviembre de 2021. Es una ley de emergencia, y de orden público. Los objetivos de la Ley son claros: Declara la emergencia territorial de las comunidades indígenas originarias del país, suspende la ejecución de sentencias, actos procesales o administrativos cuyo objeto sea el desalojo o desocupación de las tierras que ocupen las mismas y ordena realizar un relevamiento técnico, jurídico y catastral de las Comunidades Indígenas y en caso de corresponder, de tierras ocupadas por las mismas de forma actual, tradicional y pública.

Después del vencimiento de esta nueva prórroga, los macabros intereses de los poderosos arremetieron una vez más contra la comunidad Mapuche, esta vez en Quemquentrew, donde en circunstancias poco claras dos civiles con armas entraron a la comunidad (aparentemente con fines de caza), lo que desencadenó la muerte de un peñi (hermano), Elías Garay, de 29 años, quien recibió dos disparos con armas de fuego, mientras Gonzalo Cabrera, de 26, recibió tres disparos en el abdomen y fue operado en el hospital del Bolsón.

Declaraciones de Soraya Maicoño, Vocera de la comunidad Quemquentrew

Soraya Maicoño, vocera de la comunidad, relató: “comunicamos que este domingo 21de noviembre siendo las 15 horas y 20 minutos aproximadamente primero se vio sobrevolar un dron de la policía, que ya se ha visto en otras oportunidades. Luego se vieron dos hombres, que al consultarles acerca de qué estaban haciendo allí, dijeron que estaban cazando. Inmediatamente les pidieron que se retiren. Ellos, haciendo alarde de sus armas, las que no dudaron en usar, dispararon a quemarropa. El peñi Elías Garay falleció en el acto. El peñi Gonzalo Cabrera quedó herido de gravedad. Apenas se dio aviso se llamó una ambulancia. Nosotros nos preguntamos: ¿cómo pudieron entrar dos personas munidos con armas largas a un territorio en conflicto que está sitiado por la policía y el COER  (Cuerpos de Operaciones Especiales y Rescate de la provincia de Río Negro), hace más de 55 días, con tres barreras que impiden el acceso a la única ruta? Desde el territorio repudiamos y desmentimos todas las hipótesis maliciosas que pretenden instalar el intendente (de la municipalidad de El Bolsón, Bruno) Pogliano y el poder jurídico. Esto que pasó no es novedad en la Cuesta del Ternero. Fue la misma suerte que corrió la abuela Lucinda Quintupuray y su hijo (el 11 de enero de 1993). La historia de mafia se repite. Con una clara complicidad de la policía, jueces, fiscales, el poder político, mediático y empresarial. Esto sí fue una cacería. Una cacería mapuche. Hoy nuestro peñi Gonzalo fue trasladado de urgencia al hospital de Bariloche. Se retiró el COER, sí, pero la presencia de la policía de Río Negro se redobló. Y ya está cortada nuevamente la ruta, impidiendo el ingreso de comunidades que vinieron a acompañarnos. No respetan ni nuestro duelo. La lof sitiada. Los policías sicarios sueltos. Nuestro lamuen asesinado”.

Fotografia de Mariel Bleger (Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen) para La Retaguardia

Cuando sepamos ver el mundo como los pueblos originarios y nos demos cuenta de que no somos los dueños de la tierra sino que a ella pertenecemos, estaremos más cerca de hermanarnos realmente. Mientras los intereses de unos pocos arrebaten ese derecho de vivir en paz, seguiremos lamentando asesinatos en nombre de la posesión de una tierra que no nos pertenece.

Marcelo René Walter y Ethel Capdevila

Cuerpo a cuerpo
…Los dueños de la tierra son también dueños de los cuerpos. El primer paso en esa línea es animalizar al enemigo. Garrotear lobos, cazar lobos, matar indios: se trata de operaciones simétricas. Los indios mueren «como animales». Y este es un punto clave en la representación de la violencia oligárquica: antes de ser aniquilado, el enemigo debe ser despojado de sus cualidades humanas. Y la trama de esa ideología que Viñas (David) ha descrifrado a lo largo de su obra es una constante que ha reaparecido en distintos momentos de la historia argentina.
Ricardo Piglia. La Argentina en Pedazos comentario sobre la novela «Los Dueños de la Tierra» de David Viñas.

Aporte de Silvio Florio


Etel Capdevila

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